Palmiro Cavallasca no es un personaje, sinó que es el mismísimo Omar Lefosse
en su niñez.Una charla de casi dos horas y media, entre mates, risas, y
buenas aventuras...Nos fuimos de su Kiosco sin ganas de salir, es que Omar es
súper simpático..Nos hizo sentir como amigos de siempre, contando
anécdotas , compartiendo lo que es su vida dentro de ese kiosco...Que me
dejó con el ojo cuadrado de las cosas que suceden dentro...En un par de
horas pasó de todo un poco.
Otra vez quiero agradecer a Gus , por confiar en mí para esta nota que nos dejó con un sabor a ternura .Así tan oso como se lo vé...Es el mismito Cavallasca:
Otra vez quiero agradecer a Gus , por confiar en mí para esta nota que nos dejó con un sabor a ternura .Así tan oso como se lo vé...Es el mismito Cavallasca:
O: Un día Raúl Rizzo me dijo: “Vos no tenés que decir que te gusta la comedia, vos tenés que decir que sos actor”. Pero sí, me gusta la comedia. Cuando viene la gente a comprar y me dicen “sos igual ”, yo les digo: ¡no, no soy igual a Palmiro, yo siempre fui así, así soy yo!. No “hago” el personaje. Y a veces se van sin comprar nada pero se ríen, les hago chistes en doble sentido. Por ejemplo, acá atrás puse un cartelito que dice “tengo los huevos en la heladera” y debajo escribí “Kinder” (risas). Y entonces se prenden, me dicen “ay, pero… ¿tenés frío?”. Y yo no lo hago para capturar gente, soy así. Por ejemplo está Carlitos, que es mi amigo y socio y él es distinto, nada que ver conmigo.
M: para muchos de nosotros seguís siendo Palmiro, a mí me cuesta decirte “Omar”.
O: Yo me quiero despegar del personaje, pero la gente no. Entonces me engancho a hablarles, les digo los nombres verdaderos de todos los personajes, y mi socio me dice “ahí empezó el egocéntrico, el centro del mundo”
Mientras charla con nosotros, ingresan clientes en diferentes momentos. En varios casos para hacer recarga virtual, y no lo logran ya que no funciona el sistema. Una vez que se va uno de ellos, nos dice:
O: Debe haberse caído el sistema… Ahora vas a ver que yo le cargo al mío y seguro que funciona… (tipea sobre la maquinita). Ahí está, ¿no te dije?. (risas) y bueno, tengo diez pesitos más… el problema es que ahora tengo que ponerlos (risas).
M: Omar, y ¿cómo combinabas la actuación con la escuela?
O: Justo estaba terminando la primaria cuando fue el cásting de Señorita Maestra…
G: O sea que ustedes eran más grandes que el grado que representaban….
O: Sí. El que trabajaba era mi viejo, hacía publicidades en películas, hacía de extra, eso siempre le gustó. Actuó en muchas películas de Olmedo. Entonces él escuchó la convocatoria en donde pedían a chicos para actuar en Jacinta Pichimauida de tal y tal edad. Él me había llevado a un cásting y junto a mi hermano trabajamos con mi viejo en un aviso. Entonces, él sabía cuál era el programa y me dijo “vamos”. No quería ir, le dije “tengo deberes”. Me dijo: “vamos con tu hermano”. Y bueno, cuando llegamos a ATC supe que había 4.000 chicos para el cásting. Los iban eligiendo en tandas de a 20, de a 100... En el jurado estaban Cristina Lemercier, Marta Reguera, que era la directora, y el productor Washington Lovera. Te hacían parar y te decían: “hable”. Me preguntaban: “¿Cómo te llamás?” y yo escuchaba a los otros, que eran picarones, sabían el personaje. Yo decía: “Omar” y me tildaba. Lloraba. Me decían que me tranquilizara, porque estaba nervioso. Había 600 rubias, 400 pelirrojas, 300 negros, 300 gordas, pero gordos éramos 3. Y los otros dos que estaban conmigo eran morochos. Pero después me di cuenta, cuando vi a los anteriores Cavallascas, que ellos no “pegaban” porque buscaban a alguien con el pelo más desprolijo, y tímido, así que sin saberlo, hasta ahí venía bien.
M: Pero no te imagino tímido…
O: Por ahí tartamudeaba si algo no lo sabía, pero ahora, cuando me hacen una nota por radio, cierro la puerta, pongo el grabador y me grabo. Después me escucho y voy puliendo cosas. En radio me siento más suelto.
G: ¿En el cásting te calmaste?
O: Eran 3 partes. Después me hicieron la segunda y la tercera, y yo me daba por perdido sin saber que a ellos les estaba gustando. Me pidieron que les contara algo más. Les dije: “Me llamo Omar, vivo en Aldo Bonzi, pa pa pa pa, toda la pelota”. Los otros tenían discursos como “los zapatitos me aprietan, las medias me dan calor…” Entonces, me dijeron: “tenés que decir ‘me hirve la cabeza’”. “Hirrrrve, no ‘hierve’”. “Vos tenés que hacer como si tuvieras un problema de matemática y no te sale”. Me tenía que tocar el pelo con una mano. Me lo toqué con las dos manos, lo dije y cuande bajé las manos, el pelo me había quedado parado. Marta Reguera aplaudió, y al rato le dijeron a mi vieja: “usted, la mamá de Omar: quédese a un costadito, lleve a su hijo a la confitería de abajo, tomen algo y después vuelvan”. Así que me comí el garrón de los demás pibes y luego fuimos con Marta Reguera, nos presentó a Cristina Lemercier, nos dijo que ella iba a ser la maestra del colegio y que yo iba a ser Palmiro Cavallasca, un chico al que le costaba estudiar.

O: 13 años. Y tenía el cartelito que había repetido como 2 o 3 veces cuarto grado, una cosa así. Así que quedaba bien si yo era más grande. Lo que no podía hacer era una segunda parte porque, por ejemplo, Chiquititas o Rincón de Luz, pueden hacerlo, porque los chicos crecen y la gente quiere ver cómo crecen, pero en un colegio no se podía… Encima yo era más alto que la maestra y cambiar el personaje no iba a ser lo mismo. Es más, cuando terminó el programa, Romualdo Quiroga, que hacía de mi viejo, hizo una obra de teatro que se llamaba “La Familia Cavallasca”, estaba él, Nené Malbrán, Cirilo, y Palmiro era otro, porque yo era muy alto, así que me perdí una changa extra.
Después que terminó el programa fuimos a Perú, y allá el programa lo repitieron, como acá repiten El Chavo. Habían pasado cuatro años.
G: ¿Conociste a Alejandro Lamarque, el Palmiro anterior?. ¿Los chicos de los ciclos anteriores se acercaron a ustedes para darles consejos?
O: No lo conocí. Una vez sola vino un morocho alto al canal diciendo que era Cirilo, y creo que la que hacía antes de Carola, pero nada más…
M: ¿Se llevaban bien o grababan y se iban?
Continúa en http://teleretrotv.blogspot.com/2010/12/hirven-los-recuerdos-nota-palmiro.html